Hace un poco más de un año adquirí en la Librería Nacional, los tres libros que se convertirían en mi saga favorita: Millennium.
Me enamoré de Lisbeth Salander, sueño con seguir los pasos periodísticos de Mikael Blomkvist y aprender a defenderme como Monica Figuerola.
Hoy, divagando entre las imágenes de Google, me encontré con el nombre de Gino Rubert a pie de una y recordé que él es quien ilustra Millennium. Pero justo así (cito) es como no quiere ser etiquetado. Resulta que él no pinta a Sally ni su obra se limita a las portadas de Män som hatar kvinor... la Lisbeth del cuadro existe y es argentina, Tamara Villoslada, artista y ex pareja del pintor.
Gracias a Lizie conocí hoy a una bestia (en el buen sentido) de la pintura, cuya obra ronda el océano de todo lo inquietante, lo siniestro y lo extraño, que al parecer -y como todos nosotros -, usa la pintura para ilustrar a sus antiguos amores y de paso, dar por realizados sus sueños. "Efectivamente, el arte asusta un poco", dice.
Simplemente, brutal.