martes, 3 de mayo de 2016

Ya la conozco

Ya la conozco.
Oh, sí. Claro que la conozco.
Se disfraza como Amarilla de Rafael Chaparro
pero en realidad es Bella Swan.
La conozco, está hecha de letras.
Busca vivir la vida sin saber que en realidad
cuando te dedicas a vivir
no puedes escribir
ni dedicarte a escuchar.
La conozco,
es medio andrógina,
medio atolondrada.
Lo suficientemente atolondrada para enamorarte.
La conozco por sus movimientos premeditados.
Por la huella que deja en el viento
de burbujas de champú anti caspa.
Por su cohibida risa
que la hace suficientemente puta
para ser reconocida como una dama.
Conozco sus asimétricos senos
y su miedo a que le vean la cicatriz
que le recuerda a la infancia que ya no añora.
Sé que es quien quiere ser
y se pregunta qué hará cuando ya no se encuentre.
Pero solamente se lo pregunta
cuando está ebria de oír tus tragedias.
Pues el resto del tiempo está tan segura
cuánto la halagues.
Claro que la conozco.
La he visto muchas veces al frente del espejo.
Ahora solo la veo a través de una pantalla.
O quizás no la veo,
solo la imagino como la manifestación de mi miedo
recién materializado.
Nunca sabré si a ciencia cierta es ella
o no,
pero puedes girarla entre tus dedos
y comprobar su resistencia con una sencilla prueba:
deja de dedicarle poemas
y observa atentamente cómo se estalla.