lunes, 25 de abril de 2011

Besos [Gabriela Mistral (1889-1957)]




Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenáronse de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

(Sólo para ti. ♫
Porque te has vuelto indefinible
a mis pobres versos,
a mis palabras humildes.
Porque ya no puedo inventarte en mi cabeza,
mientras sueño que mis ojos sólo ven
si mi mirada
puede trazar cada línea de tu cara,
porque sé
que al tenerlos cerrados
tu cabeza se agacha,
como si no soportaran
la vista de un amor bruto,
como si entregara mi corazón puro
y por ello se agobiaran.
No, imaginarte ya no puedo,
ahora sólo es un recuerdo...
recuerdo de tus caricias
con sabor a arena y tacto
de cacao;
de acuerdo,
prefiero eso a seguirte creando,
porque hoy juntos seguimos disfrutando
besos inventados
-¡"...inventados por mí para tu boca"!-. )

sábado, 23 de abril de 2011

Normas de convivencia.

Si abriste, cierra.
Si encendiste, apaga.
Si conectaste, desconecta.
Si desordenaste, ordena.
Si ensuciaste, limpia.
Si no sabes arreglar, busca al que sepa.
Si no sabes qué decir, cállate.
Si debes usar algo que no te pertenece, pide permiso.
Si te prestaron, devuelve.
Si no sabes cómo funciona, no toques.
Si es gratis, no lo desperdicies.
Si no es asunto tuyo, no te entrometas.
Si no sabes hacerlo mejor, no critiques.
Si no puedes ayudar, no molestes.
Si prometiste, cumple.
Si ofendiste, discúlpate.
Si no sabes, no opines.
Si opinaste, hazte cargo.
Si algo te sirve, trátalo con cariño.
Si no puedes hacer lo que quieres, trata de querer lo que haces...

jueves, 7 de abril de 2011

Bandos atrabiliarios.




¡Ah, quiero gritarte!
Aborrecerte
o ser capaz de ignorarte...
odiarte en el enojo
porque así podría olvidarte.
Disgustarme con las camisetas rojas,
las mochilas negras
y las uñas largas,
las caricias
tras una oscura bambalina
en el teatro,
los besos de un martes lloroso
y los juegos
de un viernes privado.
Porque cuando estoy con vos
me desaparezco.
Podría divorciarme
de los perdones,
las sonrisas torcidas
y los flojos pantalones...
de tus cejas
que se alzan como el sol.
Puedo tirar sátiras al amor,
a tus sueños,
a los míos
o a los desvelos;
¡pero a vos...!
A vos te quiero.

miércoles, 6 de abril de 2011

Nada.

Me gusta el olor a lluvia,
porque nada huele como ella,
y si ella no huele como nada,
entonces la lluvia no huele a nada.
Es como decir
que se siente como agua mojada.
Es como vos,
que no sabés a nada,
que sos simplón
y tu vibra es rara...
Sí, una vida extraña
que ni con el pasar del tiempo
deja de volverme loca,
deja de atraerme con misterios.
Te siento y tu tacto me embriaga,
aunque me puncés la piel con tus lágrimas...
son sólo caricias letales
que acompañan mi alma.
Pues eso.
Ahora pienso
y... ¡es una suerte que seás un nada!
Si fueras un algo,
sabrías a algo,
me harías sentir algo
y yo ya no sería más un algo.
Donde fueras un algo
yo no te estuviera escribiendo estos,
tan ridículos, versos.
No.
Quedate en la nada,
que me sabe más rica que el desamor.