martes, 10 de abril de 2018

Insulsa

Fastidiada.
Jodida.
Podría decirse que deshilvanada.
Soy un concepto que se ha quedado en una concepción alternativa.
Ya no podés saborearme
Y tu tacto me deja helada.
No puedo asirte como las veces
en que creí haberte conocido.
Creí que me mirabas en el alma
cuando en realidad solo mirabas a mi ombligo.
Vana.
Sin palabras, me has arrebatado las arterias.
¿Dónde puedo hallar un poco de sal en todo esto?
Ya no tengo la potestad
de retroceder más allá.
La libertad en tu mirada,
yo, atrapada en mi puta cabeza
y con la lengua anudada.
Solo mis manos desatadas...
¡para qué!, si están atrofiadas.
¿En serio nada
para ofrecer tendré?
Tras el cielo azul
está la nada.
Todo, consolidado en un final inconcluso.
Este poema, incluso.
¿Poema?
Los gritos que salieron de repente a causar estragos.
Nadie podrá reconocer su belleza
nunca.
Mientras tanto
me dedicaré a mirarte del otro lado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario